Excursiones cercanas a Toulouse

Toulouse es una ciudad que se puede ver cómodamente en un par de días o, si somos rápidos en nuestras visitas, incluso podemos llegar a conocerla en 24 horas.

Por eso, si vamos a disponer de más tiempo por la zona, es interesante poder movernos por sus proximidades y realizar algunas excursiones dentro de la región de Midi-Pyrénées –en la que se encuentra Toulouse- o en otras vecinas. Estas son algunas sugerencias para visitar en la zona.

Albi

Albi es una ciudad de aproximadamente 50.000 habitantes, capital del departamento del Tarn, y situada a unos 70 kilómetros al noreste de Toulouse. Al igual que en el caso de Toulouse y otras ciudades de la región, el color rojizo del ladrillo es el predominante en las vistas de la ciudad.

La ciudad de Albi tiene dos puntos de interés que destacan sobre el resto para los visitantes. Por una parte, la Catedral de Santa Cecilia, que domina todo el casco antiguo medieval de la ciudad, cuya construcción se concluyó en el siglo XV y destaca, sobre todo, por su enorme torre que domina el centro histórico medieval de la ciudad. Al igual que los Jacobinos en Toulouse y otras muchas iglesias y catedrales de la zona, está construida en estilo gótico meridional. En el interior destacan una representación del Juicio Final y una colección de pinturas italianas del Renacimiento.

No es el único gran atractivo de Albi, ya que el famoso pintor Toulouse-Lautrec es uno de los hijos célebres de la ciudad, que le ha dedicado un importante museo en el antiguo Palacio de la Berbie, un edificio del siglo XIII, situado en el casco histórico de la ciudad. En él se encuentran –entre cerca de 1.000 cuadros, retratos, dibujos y carteles- algunas de las principales obras del artista como “Mujer quitándose las medias” o “Moulin Rouge”.

Desde Toulouse se puede llegar a Albi en coche, en aproximadamente una hora por la autopista A-68, o en alguno de los trenes regionales que hacen el mismo recorrido aproximadamente cada hora.

Carcassonne

Carcassonne –o Carcasona en español- ya no forma parte de la región de Midi-Pyrénées, sino de la vecina Languedoc-Rousillon. No obstante, queda cerca de Toulouse –a aproximadamente 100 kilómetros- y tiene el suficiente atractivo turístico como para hacerle una visita.

Lo más llamativo que podemos encontrarnos en ella es su ciudad amurallada, que fue declarada Patrominio de la Humanidad por la UNESCO. Su origen data del asentamiento galo en la misma ubicación del siglo IV antes de Cristo y, posteriormente, con una ciudad romana. En el siglo XII, se construyó el Castillo Comtal y, un siglo después, comenzó la construcción de la muralla exterior. Destaca sobre el paisaje de la ciudad por sus 53 torres, muchas de ellas culminadas por tejados de color oscuro y forma cónica. Dentro de ella se pueden visitar otros edificios de interés como la Basílica de Saint Nazaire o algunas de sus puertas de acceso como la de Narbona o Aude.

Fuera de la parte amurallada de la ciudad se encuentra la Bastide Saint-Louis. Es la zona baja de la ciudad y, aunque ha perdido sus fortificaciones originales del siglo XIV, sigue siendo una zona interesante para visitar en la ciudad, con importantes edificios civiles y religiosos, principalmente de los siglos XVII y XVIII. La Oficina de Turismo ofrece visitas guiadas tanto de la zona medieval como de la Bastide.

A Carcassonne se llega en coche desde Toulouse por la autopista A-61 en algo menos de una hora y media y también muy fácilmente en tren, tanto en regional como en TGV.

Moissac

ToulouseMoissac es una pequeña localidad de unos 15.000 habitantes situada a unos 70 kilómetros al noroeste de Toulouse. Un lugar pequeño, pero muy interesante para una visita corta de una mañana o tarde o para hacer un alto en el camino hacia otras ciudades.

Moissac tiene un atractivos principal para el visitante: la impresionante Abadía de St. Pierre. La Abadía servía en la Edad Media como residencia para los monjes amanuenses que se dedicaban a copiar libros artesanalmente antes de la invención de la imprenta. Su claustro está excepcionalmente conservado y merece una visita. Allí podremos ver notables esculturas, tanto en los capiteles de la columnas del claustro, como –especialmente- en la entrada que sirve como acceso a la iglesia de la Abadía, que fue una de las etapas fundamentales en el paso del camino de Santiago por la zona y sigue aún recibiendo peregrinos.

En el blog de VoyaInternet.com: Moissac: Abadías históricas y canales idílicos

Aparte de esto, por la ciudad pasa también el Canal Lateral del Garona, que ofrece vistas curiosas de barcos atracados en sus orillas y se prolonga durante kilómetros para delicia de los aficionados al cicloturismo o al paseo por la naturaleza. Es más, en la zona de Moissac, aparte de las numerosas esclusas, podremos disfutar de cómo el canal atraviesa el río Tarn por un puente de agua que se alza sobre el mismo.

Montauban

ToulouseUna ciudad pequeña, pero con encanto. De alrededor de 50.000 habitantes y capital del departamento de Tarn-et-Garonne, podemos encontrarnos en ella con edificios de ladrillo algo austeros por fuera, pero con notables escaleras y patios en su interior. Es una ciudad cuyo pasado estuvo marcado por los choques entre católicos y protestantes, que conserva algunos lugares y paisajes de interés.

Llaman mucho la atención construcciones como el Pont Vieux sobre el río Tarn o su bonita Place Nationale, con sus arcadas y edificios de ladrillos, que es el corazón del centro de la ciudad. También es paso obligado el Museo Ingres, que alberga obras de dos ilustres artistas originarios de la ciudad: el retratista Jean Auguste Dominique Ingres y el escultor Antoine Bourdelle. En él, aparte de las obras que conserva, no debemos dejar de visitar el sótano, que surgió en el siglo XIV como sala para alojar a los soldados y se convirtió en el origen del palacio, que fue primero residencia de los obispos de la ciudad y, posteriormente, Museo Municipal.

Montauban está situada a unos 70 kilómetros al norte de Toulouse y es una visita que se puede combinar muy bien con otras de localidades cercanas, como son los casos de Cahors o la cercana Moissac.

Cahors y Rocamador

Cahors está situada a unos 115 kilómetros al norte de Toulouse, en un meandro del río Lot, lo que le da una situación geográfica y estratégica que fue muy importante en su pasado. La ciudad cuenta con un importante patrimonio medieval y algunas construcciones de interés, entre las que destaca el Pont Valentré, construido en el siglo XIV, y que es el principal emblema de la ciudad, con sus tres torres fortificadas, y ha sido declarado Patrimonio Mundial.

En Cahors podemos pasear por la ciudad medieval y detenernos en los cerca de 30 “jardines secretos” que tiene la ciudad, en los que se recrean las costumbres y las prácticas de la época medieval en la ciudad.

Tenemos también una vista espectacular de Cahors y del meandro del río Lot que la rodea desde lo alto si nos acercamos al cercano Mont Saint-Cyr, a unos 20 minutos a pie desde el centro de la localidad.

A unos 60 kilómetros al norte de Cahors, dentro ya del Parque Natural Regional de las Causses du Quercy, nos encontramos con otro lugar de interés de la región: el pueblo de Rocamadour, construido en la ladera de una montaña y situado 120 metros por encima del cañón del Alzou.

Además de sus parajes naturales, Rocamadour fue un importante destino religioso en la época medieval, ya que en él se conservaban las reliquias de San Amador y se encontraba también el santuario de la Virgen Negra, con una estatuilla de la misma. Rocamadour era, también, una etapa importante para los peregrinos del Camino de Santiago que recorrían la zona.

Burdeos

No es que quede especialmente cerca de Toulouse –son algo menos de 250 kilómetros de distancia entre ambas ciudades-, pero a quienes estén haciendo una ruta por la zona y quieran visitar otra de las ciudades grandes de Francia, les puede resultar de interés hacer las algo más de dos horas de viaje en coche o en tren que separan Burdeos de Toulouse.

Nuestra Guía de Burdeos: GuiadeBurdeos.com

Burdeos y Toulouse tienen cierta rivalidad histórica, aunque algunas de sus caracteríticas son bastante diferentes. Burdeos es una ciudad donde abundan las construcciones en piedra, cerca del mar y con una importante vocación marítima y portuaria gracias a encontrarse muy cerca de la desembocadura del río Garona.

En Burdeos, precisamente, la zona más cercana a la orilla del río Garona es la más destacada de la ciudad. El centro ofrece una cara abierta a la ciudad, con un frontal de fachadas de edificios de piedra casi idénticas durante varios kilómetros paralelos al río, interrumpidas sólo por plazas señoriales como la de La Bourse. Toda la orilla del río en el centro de Burdeos forma parte de lo que se conoce como el Puerto de la Luna, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Aparte del Puerto de la Luna y las orillas del Garona, excepcionales para pasear por ellas o recorrer en bicicleta, el centro de Toulouse nos ofrece una serie de rincones tranquilos y pequeñas avenidas comerciales por las que pasear entre edificios de aspecto señorial. Zonas como el Quartier des Grands Hommes, con sus cafés con terraza y su aspecto señorial, o las callejuelas del Quartier de l’Hotel de Ville que van a dar a parar al Ayuntamiento y a la Catedral de Saint André, son interesantes para dar un agradable paseo.

La ciudad no requiere mucho tiempo para conocerla. En apenas una mañana o una tarde se puede recorrer su centro con calma e, incluso, hacer unas compras en el Quai des Marques de la orilla del río.

Para quien llegue hasta allí y tenga algo más de tiempo libre, es recomendable también desplazarse por los alrededores para conocer las bodegas y chateaux donde se produce el vino de la zona o, especialmente, la localidad vinícola de St. Emilion.